Te escribo porque te necesito, lo
confieso -no te asustes- simplemente te quiero- ahora ya puedes hacerlo, asústate-
porque hablar de amor no es una banalidad, como tampoco lo es hablar de ti, de
nosotras, de lo que somos (o lo que fuimos).
¿En qué caricia nunca dada
llegamos a este punto? ¿En qué kilómetro empezó realmente la distancia entre tú
y yo? Explícame, porqué después de todo lo que fuimos temo encontrarte por la
calle por miedo a que no me salgan las palabras, por miedo a que los dos besos
se conviertan en uno y redescubra su dulzura… Explícame que debo hacer si
cierro los ojos y me inundan los recuerdos que construimos juntas.
Explícame, o no lo hagas, pero déjame
decirte que hoy, daría lo que fuera por darte el valor suficiente como para
poder hacerte querer seguir queriendo dormir conmigo, por darme el valor
suficiente para llamarte y decirte que te necesito.
Igual la vida no es fácil, igual
nos pone obstáculos que debemos saltar para llegar a un fin aún más maravilloso
pero qué fácil sería tenerte ahí todos
los días, por eso te pediría doce, quince, quizá por eso deba pedirte mil más,
o quizá, porque me imagine besándote seis horas antes de besarte, antes de si
quiera llegarte a conocer.
“No soy más que lo que soy” pero
por ti lo intentaría…
No hay comentarios:
Publicar un comentario